Pues ha sucedido. Donde esperábamos a Juan Ayuso tras su excelente rendimiento en la contrarreloj, apareció Carlos Rodríguez, el hombre que se batió en duelo con Tadej Pogacar y Jonas Vingegaard en su mejor momento, en el Tour de Francia. Carlos Rodríguez ganó en Morzine, en un sábado en el que todo el mundo ciclista estaba pendiente de ver qué ofrecerían los dos gigantes del ciclismo actual por televisión. En esa fiesta se coló el granadino, confirmando que estaba preparado para regalar a los aficionados grandes momentos. Uno de ellos llegó con la victoria de etapa y el podio final en la Vuelta al País Vasco, aunque fue eclipsado por la victoria final de Juan Ayuso. Sin embargo, aquí sucedió justo lo contrario, con el corredor de UAE cediendo tiempo y protagonismo ante el líder de Ineos-Grenadiers.
Firme y sólido en la contrarreloj, también lo fue en la única etapa de montaña que las cinco etapas por tierras suizas nos ofrecieron. A pesar de la inquietud de la última jornada, esto le permitió conseguir su primera victoria en una general, nada menos que en una ronda HC, perteneciente al calendario histórico de la UCI. El Tour de Romandía solía ser una previa del Giro de Italia, pero con el tiempo, su papel se ha ido diluyendo y ahora sirve como antesala del descanso para los hombres del Tour, aquellos que tienen sus esperanzas depositadas en el mes de julio para cumplir con una buena temporada. Fin del pico de forma, descanso activo y regreso en junio para afianzar las piernas de cara al todopoderoso Tour.
Carlos Rodríguez ha alcanzado este momento con la confianza por las nubes. Moralmente, es un buen síntoma para una cita en julio, donde ya no será un desconocido, ni mucho menos una sorpresa. Sin el margen que suele otorgar ser un ciclista joven y novato en una cita de gran magnitud como el Tour, habrá muchos ojos sobre él, expectantes de ver la evolución de uno de los grandes talentos del ciclismo en cuanto a rondas por etapas se refiere. Ahora, tras conseguir el maillot amarillo de Romandía, las expectativas serán aún más altas. Es cierto que ni Roglic, ni Vingegaard, ni Pogacar estaban en esta batalla. Pero Carlos no se mostró inferior a nadie en la siguiente unidad, esa que le mantiene dentro del grupo de humanos que compite a la espera de los grandísimos protagonistas del ciclismo de hoy.

Hablamos de gente que se supone consolidada como Enric Mas o Richard Carapaz. También de Juan Ayuso, ese compañero de generación con el que sus vidas paralelas ofrecen constante comparación. El de UAE fue mejor en la crono, el de Ineos en la montaña, por un margen estrecho en ambos casos, con victoria para Carlos en el global, por supuesto. Que por algo fue él (y no Ayuso) quien se hizo con el trofeo de ganador. Las expectativas están muy altas para el ciclismo español con la irrupción, que parece definitiva, de este prometedor ciclista.

Nacido en Madrid el 2 de abril de 1986, Jorge Matesanz ha pasado por ser fundador y director de proyectos como Revista Desde la Cuneta, Tourmalet Magazine o High Cycling, además de colaborar en otros proyectos como Palco Deportivo, Plataforma Recorridos Ciclistas o Con el Plato Pequeño. Tras más de 15 años dentro del mundo del ciclismo, llega el momento de fundar Le Puncheur junto a Sergio Yustos y seguir acercando artículos de opinión, casi siempre sobre ciclismo profesional.