La Volta Catalunya descubre el Coll de Pradell

Según informan El Periódico y el compañero Sergi López Egea, el Coll de Pradell (¡por fin!) va a ser incluido en la Volta Catalunya 2024. Supondrá el estreno de este puerto para el ciclismo profesional, y lo será en la penúltima etapa de la prueba, con meta en el Santuari del Queralt, en Berga. Se supone que una etapa de montaña de gran calado que complementará las llegadas en alto de Vallter 2000 y Port Ainé. Desde que precisamente estas dos subidas se incorporasen al catálogo de llegadas en alto, la prueba no había realizado grandes estrenos en lo que a grandes montañas se refiere.

El Berguedá, macizo montañoso que se encuentra sobre la mencionada localidad de Berga, contiene puertos impresionantes que bien merecen una visita de pruebas más importantes como la Vuelta a España. Ante varias ocasiones perdidas, la organización de la carrera catalana ha tomado la decisión de incluir en sus trazados por primera vez uno de los puertos de paso más duros de los Pirineos, de la Península y de Europa. Dependiendo de la opción elegida, el Coll de Pradell constaría de 17 kilómetros de subida o 15. La primera contiene el durísimo Coll de Fumanya. Arranca en las proximidades de Cercs y consiste en unos 11 kilómetros al 8% de pendiente media. Ya de por sí sería un puerto a tener en consideración, pero Pradell llega más allá.

Tras un descenso empinado y técnico, se alcanza el conocido como Pla de la Barraca, se gira a la izquierda y empieza una auténtica pared. A tramos de hormigón en muy buen estado y donde, pese a lo rugoso, la bicicleta desliza perfectamente. Rampas por encima del 20% sorteando las vías de un antiguo tren minero que en zigzag se retuercen para alcanzar la cima de esta montaña, coronada a 1730 metros de altitud. No existe en Cataluña (tampoco seguramente en España) un puerto de estas características. La parte final, con cierto parecido altimétrico a La Marmolada, es común a ambas vertientes de acceso a ese punto.

Un puerto altamente deseado

Inédito para el ciclismo profesional, habrá que observar qué efecto tiene en el pelotón. Aunque el paso previo será descubrir cómo queda la etapa definitiva. Lo presumible es que Pradell quede lejos de la línea de meta. Pero observando la participación que se presume muy interesante, el buen espectáculo estará garantizado. Estará presente Tadej Pogačar, que es garantía de espectáculo. Seguro conoce de la existencia de esta montaña tan promocionada durante años desde el Foro APM y divulgada por altimetreros de toda España como Raúl Massabé. El campeón de la Vuelta a España, Sepp Kuss, muy activo también con asuntos relacionados a los recorridos ciclistas, ha insistido en redes sociales sobre la incomprensión de la ausencia del coloso en las carreras.

Se encuentra a una hora escasa de Barcelona y todo al área urbana que recubre la ciudad, por lo que el acceso del público a la cima puede ser importante. La parte superior de la montaña, donde se encuentran las rampas más duras, es un buen reclamo, puesto que se observa un buen tramo de las cuestas por las que atravesará el pelotón del World Tour. Esa cercanía con núcleos bastante poblados le puede convertir en un auténtico mito de la Volta Catalunya. Para celebrar una etapa con final en alto en sus rampas estará más complicado. La capacidad para recibir las infraestructuras en la cima son limitadas y tal vez impidan esta opción. Aunque nada es descartable.

La Volta tiene el honor de haber estrenado otro coloso, esta vez en suelo andorrano, como Els Cortals d’Encamp. Al menos para el profesionalismo. Sus rampas se escalaron por primera vez en 1999, con victoria para Roberto Heras. Durante algún tiempo se dejó ver por esta prueba centenaria y catalogada como HC en el calendario UCI. Con el tiempo, la durísima ascensión que arranca en las mismas calles de Encamp se ha incorporado a la Vuelta a España, que ha celebrado en su cima hasta dos finales de etapa. Victorias para Mikel Landa y, precisamente, Tadej Pogačar.

Una zona rica en alta montaña

Desde la abandonada estación de Rassos de Peguera, que recibió en varias ocasiones la visita de la Vuelta a España, hasta el también olvidado Coll de Pal, la zona permite la elaboración de auténticas etapas de alta montaña. La primera de las montañas mencionadas casi enlaza con la carretera que procede de Vallcebre, al inicio de la parte dura del Coll de Pradell. Tan sólo un kilómetro de tierra (en buen estado) impide que Rassos sea otro puerto de paso espectacular (19 kilómetros al 7%). La Creueta, Toses, Pedraforça, Jou, Port del Compte, Lavansa… Todas montañas que quedarían de lujo en un perfil de alta montaña. Además con la posibilidad de que varios de ellos se concatenen en una misma etapa.

¿El problema? Excusas aparte, el pelotón busca otros escenarios en el mes de marzo para rodar. Los esfuerzos demasiado acusados a estas alturas de temporada se pueden pagar más adelante. Por ello, el equilibrio entre un recorrido atractivo para aficionados y ciclistas es el reto de cada edición de los organizadores de primavera. Pradell viene a ser la cesión de la organización en favor de los aficionados. Llevaba bastante tiempo en cartera y siempre había sido descartado por miedo a la opinión negativa de los ciclistas. En esta ocasión, se abre la posibilidad de disfrutarlo por primera vez. Esperemos que sea una buena etapa sobre el papel, en la realidad, que guste y que se repita. Sobre todo que se repita.

Por otra parte, el final en el Santuari del Queralt ya formó parte de rutas ciclistas en los años 80, celebrándose incluso alguna cronoescalada con meta en su cima. La etapa partirá de Berga, por lo que es amplio el margen para endurecer una jornada que se presume corta y decisiva a un día de finalizar en Barcelona. El estreno de una cima que verá con casi toda seguridad al ganador de la 103ª edición de la Volta Catalunya.

Fotos: 1001puertos.com