Kasia Niewiadoma, lady perseverancia, vuelve a ganar en 2024.

Kasia Niewiadoma vuelve a ganar. La polaca se impone en la Flecha Valona 2024.

Kasia Niewiadoma, lady perseverancia, vuelve a ganar en 2024, cinco años después. Siempre valiente y combatiente, ejemplo de perseverancia, la polaca es una de las mejores ciclistas del pelotón y así es acogida por el público a pesar de la repulsa que ha mantenido, hasta el día ayer, con el triunfo. En la Flecha Valona 2024 no fueron lágrimas de cocodrilo… fueron las de quien por fin vuelve a ganar.

En el Mur de Huy Niewiadoma volvió a llorar desconsolada, como hiciera al finalizar la Strade Bianche y el Tour de Flandes. Cuando la cámara enfocaba a la polaca de Canyon//SRAM el pecho se nos volvía a encoger – algunos somos sensibles -, pero esta vez no era no nos contagiábamos del desánimo, esta vez fuimos partícipes de la alegre emoción de Niewiadoma. La gente valiente a veces triunfa y… eso nos emociona.

Me gusta la gente que vibra,
que no hay que empujarla,
que no hay que decirle que haga las cosas,
sino que sabe lo que hay que hacer y que lo hace.

La gente que cultiva sus sueños
hasta que esos sueños se apoderan de su propia realidad.

Me gusta la gente con capacidad para asumir las consecuencias de sus acciones,
la gente que arriesga lo cierto por lo incierto
para ir detrás de un sueño,
quien se permite huir de los consejos sensatos
dejando las soluciones en manos de nuestro padre Dios.

Ese estilo tan aguerrido, esa efusividad y naturalidad unidos a sus súbitos ataques, que en numerosas ocasiones son decisivos en las carreras, la han convertido en una de las ciclistas más admiradas por los aficionados. Antes de la Flecha Valona 2024 Kasia Niewiadoma llevaba una racha de casi cinco años sin ganar. La realidad a veces supera a la ficción. Ver para creer.

Comienzos: 2013 y Emakumeen Bira.

Desde sus inicios Kasia Niewiadoma demostró que no era una corredora a la que hubiera que empujarla, que no había que decirle lo que había que hacer, que simplemente lo hacía, que nos hacía vibrar con esa forma tan particular de correr y buscar ganar en cada jornada aunque las circunstancias no jugaran a su favor.

Hace ya más de diez años que la polaca se convirtió, de la noche a la mañana, en una corredora a seguir en el panorama ciclista femenino. Su irrupción como aprendiz del Rabobank-Liv a finales de 2013 no pasó desapercibida. Su primera victoria en el equipo llegaría en 2014 en Suiza, en Gippingen, en una prueba que denominariamos semiprofesional – categoria .2 -.

Posteriormente Kasia Niewiadoma se reencontraba con el triunfo, volvía a ganar, ya en una prueba completamente profesional, en una de las pruebas por etapas más exigentes del momento. Al ganar la general final de la Emakumeen Bira 2015 Kasia Niewiadoma se abría paso como una de las escaladoras y punchuers a tener más en cuenta. Dejaba de ser una mera promesa.

La polaca de Canyon//SRAM mantiene una de las mejores rachas en la añorada ronda vasca: uno de uno. No defendió su título en 2016; una edición que previa a su disputa estuvo marcada por el hecho de que la organización se vio obligada a retirar el poster promocional en el que aparecia Kasia Niewiadoma antes de ganar la carrera (en 2015), pero vestida de líder, lazando un beso al público o al horizonte.

Tirando del dato, ¿o pensándolo claro?

Cualquier koala o gurú del sillón que revise los resultados de Kasia Niewiadoma verá que su gran año en lo que a ganar se refiere fue en 2016, su penúltima temporada en la escuadra Rabobank-Liv y la última con esos patrocinadores principales.

Nueve fueron las ocasiones en que Kasia Niewiadoma logró ganar en 2016 en su «mejor temporada» – en cuanto a triunfos parciales -. Dos más el año 2017 en su despedida del equipo. Tres fueron sus victorias en su primer año en el Canyon//SRAM y dos en 2019, la que hasta ahora era la última temporada en que Kasia Niewiadoma había logrado ganar.

Cola de león, cabeza de ratón

Si bien las ocasiones en que, desde que se unió al equipo alemán, ha logrado ganar se han reducido, Kasia Niewiadoma ha mantenido su nivel o ranking internacional en una horquilla similar. La polaca ha vencido menos, pero cuando lo ha hecho han sido en pruebas de primerisimo nivel.

Podríamos decir que el denominador común de las victorias de la polaca estos últimos años es la calidad y no la cantidad. Estos años Kasia Niewiadoma ha salido a ganar las mejores carreras contra las números uno y cuando ha conseguido vencer, allí estaban las mejores.

Quizás por eso ha pasado casi un lustro; por eso cuesta tanto. En Amstel Gold Race 2019  venció a van Vleuten al sprint. Ganaba a la mejor del momento y a quien se suponía que contaba con una mayor punta de velocidad.

El reencuentro con la victoria

Ayer, en la Flecha Valona, Kasia Niewiadoma volvía a ganar a su estilo, imponiendose a las mejores del pelotón. A las que se antojaban favoritas y a las que llegaban en mejor forma, a juzgar por sus actuaciones en las clásicas previas.

Tras la carrera la ciclista del Canyon//SRAM declaraba: «Espero que esta carrera inspire a muchas personas a seguir creyendo y persiguiendo sus sueños. He tenido muchos segundos, terceros y quintos lugares. Nunca dejé de creer que, como equipo, podíamos ganar. La victoria estaba aquí esperándonos«.

«En el fondo sabía que este era mi día. Simplemente lo sentí. La carrera fue intensa desde el principio, con un clima húmedo y frío. Al principio fue brutal cuando llovió tan fuerte y la temperatura bajó tanto. Sabía que las condiciones estaba de mi lado porque siempre me van bien las carreras duras y desafiantes como esta. […] Cuando comencé mi sprint, no quería desperdiciar energía mirando a mi alrededor. Simplemente di lo mejor de mí y corrí hasta la meta para ganar«.

Ha sido en Huy donde Kasia Niewiadoma volvía a ganar tras una extensa, aunque no intensa, sequía. Cruzaba la línea de meta unos metros por delante de Vollering y Longo Borghini y hacía un gesto con el brazo hacía arriba y la mano abierta. No era algo casual. Ella misma reconocía que no solo era especial por ganar tras cinco años sino que anteayer había la abuela de supareja y competía por ella. El dedo anular en alto se debía a que la polaca tiene su anillo de compromiso y pensó en ella mientras al cruzar la meta.

Aunque no venza, Niewiadoma casi siempre convence.

La ciclista oriunda de Ochotnica Górna ha demostrado ser una ciclista pasional, como reconocía en una entrevista a Volata hace unos años, que aun  así ha ido domando su temperamento. «Cuando era más joven corría como un pollo sin cabeza. Quería estar en cada situación de carrera, en cada ataque o movimiento de carrera, así que jamás consideraba la opción de guardar fuerzas para el final de la carrera. Es algo que me costó asimilar, correr de principio a fin de la carrera, guardándote en la primera parte de la misma para después dar lo mejor de ti misma al final«.

Pero aunque ya no sea tan alocada o impulsiva, la ciclista del Canyon//SRAM es una de las ciclistas que más empatía genera del pelotón. Cuando ataca transmite pasión y sufrimiento a partes iguales. Cuando cruza la línea de meta y no ha logrado el resultado que quería no puede evitar mostrarlo con franqueza como ella misma reconocía años atrás.

«Normalmente lloro, lloro cuando creo que he defraudado, que he rendido por debajo de lo que esperaban o de lo que soy capaz de lograr. El momento inmediatamente posterior a la carrera necesito llorar porque en ese momento me siento triste, creo que he decepcionado a todos.

Está mal porque a fin de cuentas sé que nadie se siente decepcionado cuando rindo por debajo de lo esperado, ya que todos están ahí para apoyarme y ayudarme. El primer sentimiento es de «Oh, no, no he rendido bien». Pero luego una vez que llego a la caravana o al coche de equipo me encuentro con todo el apoyo de mi director deportivo y compañeras, y entonces hablamos de la carrera. Todo el mundo sabe que he corrido con el corazón y que no me rindo porque no quiera sufrir más».

Hogar es el lugar en dónde te comprenden.

«Por eso estoy encantada de estar en el equipo Canyon//SRAM, porque ya me conocen a la perfección. Saben que soy una luchadora, que normalmente me cuesta algo, si no consigo lograr el resultado. Así que para mi también es muy importante saber que en Canyon SRAM no esperan que siempre consiga ser la primera. Lo que sé, es que ellos creen en mi y que creen que en cada carrera puedo hacer algo».

En Canyon//SRAM han tenido claro estos años que a Niewiadoma no hay que empujarla. Que no hace falta decirle que haga las cosas porque las hace. Porque arriesga lo cierto por lo incierto y porque nos hace vibrar. Por eso nos emociona tanto cuando corre y cuando entrá en línea de meta abatida envuelta en lágrimas de cocodrilo o de júbilo.