Aleix Espargaró y el ciclismo de formación: una reflexión incómoda

La noticia de que Aleix Espargaró podría dar el salto a un equipo ciclista llegaba a mi teléfono el pasado fin de semana. Tardamos en creerlo. Tardamos en atrevernos a publicar la noticia, pese a que la información era fiable. Finalmente lo hicimos, y con el paso de los días, el rumor se fue confirmando. Otros medios se hacían eco de la noticia y empezaba el boom de artículos y mensajes. La noticia se iba perfilando como una realidad: embajador, al equipo de desarrollo del Lidl-Trek… tendremos que ver en que queda.

Todo ello generaba sensaciones extrañas en mi persona. Amo el ciclismo, por encima de muchas cosas. Intento aportar lo que puedo desde hace muchos años. Sé que es poco, sé que muchos no estaréis de acuerdo ni con mi opinión ni con mi trabajo. Pero eso hoy no importa. Hoy quiero hablar de cómo está cambiando todo, y, sobre todo, de lo negro que veo estas cosas.

Aquí, en esta humilde web, intentamos dar voz al ciclismo de desarrollo. Bien lo saben mis compañeros Alberto, Asier, Oihan, Sergio y, sobre todo, Alex. Nuestro trabajo es pobre, pero lo hacemos con pasión. Con un único objetivo: ser justos. Y a veces no es fácil. Trabajamos por amor a este deporte.

Una de esas veces ha sido esta. No quiero ser hipócrita, ni quiero hacer demagogia. Pero algo ha hecho clic en mi cabeza. Me costaba entender deportivamente la llegada de Aleix Espargaró al Lidl-Trek. Pero siento decir que, de concretarse, creo que me cuesta mucho más asumir su llegada al equipo de desarrollo.

No quiero ser pesado. Ni cansino. Ni dar un sermón eterno. Pero el ciclismo de formación, los equipos de desarrollo, no deberían estar para esto. Son muchos los chavales que, con esfuerzo, sacrificio y pasión, trabajan para un día llegar a disputar una prueba de ciclismo profesional. Labrarse un futuro encima de las dos ruedas. Y esto, cada vez, es más difícil.

Si hacemos lupa en nuestras propias carnes, veremos rápidamente cómo no existe una estructura lo suficientemente grande como para albergar todo el talento que podemos tener. Son pocos los equipos que hay en categorías inferiores; menos aún, los equipos de desarrollo. De hecho, nuestro único equipo World Tour, el Movistar Team, no cuenta con esta plataforma.

Con esto quiero decir que, si dentro de tu cupo cuentas con alguien de 35 años, estás dejando fuera a un chaval. Un chaval que se ha esforzado. Una familia que le ha apoyado. ¿Soy demasiado crítico? Posiblemente sí. No tengo dudas: suelo rehuir bastante los cambios en el ciclismo, y más cuando creo que son para hacerle daño.

El ciclismo, a veces, gira a una velocidad tan vertiginosa, que no soy capaz de asumir tantas imágenes pasando por mi cabeza. Erik Martorell, Josep Tomás, Jordi Artigues, Mikel Agirrebeitia… ¡Yo qué sé! Se me ocurren muchos nombres que podrían haber tenido esa oportunidad, que si nos paramos a pensar merecían. Pero está claro que esa no es la dirección que hemos elegido. Ahora todo gira en torno a las historias de superación, la cara amable, el ciclista simpático y cercano, el vídeo perfecto de treinta segundos. Una quimera que se retroalimenta, que crece sin freno, pero que parece haber olvidado de dónde viene y quién la sostuvo cuando apenas tenía fuerza para sostenerse sola.

Quizás haya lanzado el dardo a la diana con demasiada intensidad. Y cuando leáis esto, simplemente penséis que soy un tarado más. No os culpo. Mientras tanto, mi pasión no cambiará, tranquilos (lo siento por otros), e intentaremos seguir tratando con el mismo mimo este deporte.

Hola 👋

Regístrate para recibir todo nuestro contenido en tu correo electronico

¡No hacemos spam! Lee nuestra política de privacidad para obtener más información.